martes, 26 de octubre de 2010

LAMENTO DE MIS VERSOS

¡Oh… versos queridos!
¿Por qué me atormentáis
de no ser esparcidos?
¿Qué culpa he de tener yo
disipado sabor mío?
Más no me avasalléis,
qué si no deslumbráis hoy,
algún día seréis leídos.

¡Oh, ideas sutiles!
¿Cuándo os convertiréis
En ligeras hojas secas,
para que el veloz viento
os mude a otras tierras?

No ahoguéis mi voz
en ese mar desierto
lleno de soledades.
No me cubráis el cuerpo
en áspera melancolía.
Que si me hubiesen
en estudios pulido,
hubiera enriquecido
mi joven sabiduría.
¡Soy vuestro creador pobre!
Pobre, pero en letras al ser obrero y poeta
aun lleno de pobreza
puedo extender amor en mis versos y poemas;
poniendo en vosotros
el corazón el alma y la vida entera .


No lloréis versos míos,
No lloréis ni tengáis pena.
¡Que algún día floreceréis
arriba en la estrellas!
Volviéndose vuestras rosas de primavera,
en un aroma eterno.

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